lunes, 29 de junio de 2009

No hubo silencios. Todo recuerdos. Confidencias de los años recientes. Confesiones de lo que queríamos que fuera y no fue. Miradas cómplices y besos conocidos que se hacían eternos y que desembocaron en caricias para que mis manos recorrieran de nuevo caminos ya transitados. El se ha colado de nuevo en mi vida. Con más de lo mismo pero no igual. Con la perspectiva que nos han dado los años y la seguridad del saber que somos tan iguales que nunca podríamos llegar a nada más que a los besos de noche. . Que ni el ni yo somos de cine los domingos, del Retiro de la mano o de cenas en 14 de febrero.

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